MAQUIAVELO domingo, 15 de febrero de 2004
![]() EL PRÍNCIPE ``*`` El hombre vive tranquilo si le dejan vivir la vida a su acomodo, lo nuevo despierta su incredulidad, los cambios generan su inquietud, hasta que, en ellos, vislumbra seguridad. A algunos se les ha de aplastar o mimar, ya que de la pequeña ofensa se vengan pues de la grave no pueden, por ello el agravio que reciban debe ser de extremada magnitud para que jamás soñar puedan en alcanzar a desagraviarse y así en virtud de su venganza, justificarse. Quien no detecte los males cuando nacen no es ciertamente prudente. Un Príncipe que no se preocupe del arte de la guerra, jamás será preciado, por sus soldados ni de ellos deberá fiarse. Quien de lado dé lo que se hace por lo que hacer, debería antes conocer su ruina que su preservación. Príncipe Liberal con aquellos a los que nada quita, que son muchos , y miserable con aquellos a los que no da que son pocos. Con lo que no es suyo ni de los suyos ser considerablemente más generoso, el gastar lo de otros no le resta consideración, antes al contrario la aumenta. el Príncipe debe hacerse temer, de tal modo que si no le es posible ganar el amor de su pueblo, evite ganar su odio. A través de otro debe dar a conocer las medidas impopulares, y solamente a través suyo las populares. Debe estimar a los nobles pero jamás hacerse odiar por el pueblo. En este Mundo, un Príncipe prudente no puede ser fiel a la palabra dada, cuando esta redunde en su perjuicio, si los hombres fuesen todos buenos este precepto no sería correcto, pero... puesto que los hombres son malos y no le guardarían a él su palabra, él tampoco tiene porque guardar la suya cuando tal fidelidad en su contra se torne. Se debe entretener al Pueblo en algunas épocas “ convenientes” del año con fiestas y espectáculos. Nunca debe entablar alianza con un Señor más poderoso que él, para atacar a otros, a no ser que forzado a ello se vea, pues en caso de victoria se hace su prisionero y los Príncipes, en lo posible, deben evitar a la discreción de otros, estar. Adquirir prestigio cuando se es un verdadero amigo o un sincero enemigo, esta forma de actuación es siempre de mejor resultado que permanecer neutral, porque en una contienda, uno u otro debe ganar, y el vencedor no quiere amigos dudosos que no lo defiendan en la adversidad, y el vencido no te concede refugio por no haber querido compartir su suerte con las armas en la mano. Un Príncipe debe ingeniárselas para que cada una de sus acciones de premio o castigo, le reporten fama de hombre sabio grande de talento excelente. Necesitará ser un gran simulador y no menos gran disimulador: los hombres son tan simples que siempre encontrará el que engaña, a quien se deje engañar. Ciertas cualidades que él pudiera tener. Si se las tuviese Y las observase siempre Serían perjudiciales, Pero si solamente aparentase tenerlas Serían útiles, por ello sería conveniente “ parecer” clemente, leal, humano, íntegro, devoto y serio, pero de tal modo predispuesto, a ser lo contrario, si necesario fuese... Se puede decir de los hombres, pero no de un PRÍNCIPE, lo siguiente. que son ingratos, volubles, que simulan lo que no son, disimulan y huyen del peligro, están ávidos de ganancias, y que ... mientras les hagas favores son todos tuyos, te ofrecen la sangre, los bienes, la vida y los hijos cuando la necesidad está lejos... pero cuando se te viene encima vuelven la cara se tornan ciegos y mudos. ¡ Olvidan con mayor celeridad la muerte de su padre que la dolorosa pérdida de su patrimonio...! ^^ººººººº^^ AnnLOuise
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