Poemas
A DIGNA DE SU AMIGO RENZO
viernes, 14 de octubre de 2005

DIGNA
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Un homenaje a un ser noble que no olvidaré
Una tarde hizo su aparición una perrita
que tímidamente se acercó
donde comen mis gatitos en un lugar
del enorme Hipódromo de Monterrico en Lima - Perú.
Flaquita por las circunstancias (abandono de sus amos o
decisión de estar en un lugar donde no fuese maltratada)
lo cierto es que Digna (así la llamaré en esta historia real)
se marchó por donde vino a un campo
árido con algunos matorrales
que le servían de cobija y que colindan con un vivero
en el cual ella no moraba
pues no deseaba molestar a nadie ni dañar nada.
La busqué en muchas oportunidades,
pero su espíritu noble y tímido le
indicaba que se retirara por la zona
pues algún maltrato lejano le hacía recordar
que así como hay humanos sensibles
hay otros que son lo opuesto
y abusan de nuestros hermanos menores.
Le dejaba su comida y agua diariamente
y me alegraba cuando a la distancia observaba
que aparecía de entre los matorrales
para comer y beber.
Pasó así el tiempo y este último invierno
con contínuas lluvias también
debió afectarla tanto como el paso de los años
sin vacunas y las enfermedades propias de una perrita
muy mayor.
Este lunes volví a verla ya más débil,
pero igual se reincorporó y se fue
tambaleándose por sus dolores.
Esa noche le pedí a Dios que me permitiera ayudarla,
pero para ello debía agarrarla para llevarla a un veterinario.
La busqué al día siguiente y no la encontré
en el lugar de siempre,
pero sentí un ligero movimiento muy cerca de allí
y la encontré echadita como si me esperara.
La tomé entre mis brazos y la cargué a mi auto para llevarla
al veterinario
quien me confirmó un cuadro grave de su salud por
enfermedades que la aquejaban propias de su edad
y de no tener vacunas.
El hizo todo lo posible como profesional
y luego de llevarla a mi casa le
prodigamos los cuidados que necesitaba
ya sea de alimento y abrigo, pero
su organismo ya estaba muy deteriorado.
Al día siguiente la ví temprano y le pasé la voz
girando su cuello con dificultad para decirme
un "gracias" que no entendí en su momento.
Al regresar a los minutos
ya estaba inerte descansando en paz ese cuerpo
que con las justas podía mover.
Es como si hubiese esperado
tener calor de familia y un hogar donde por
fín descansar.
Y así es,
pues ya sus restos reposan en el jardín de mi casa
donde también están mis mascotas queridas.
Como algunas vez escribí:
De Dios vinieron y a El van.
Te extrañaré querida Digna
*
Renzo Ramos F.D.
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