La nena comía mal,
pero su mamá la engañaba...
y sin darse cuenta,
con mucha paciencia y amor,
sus comidas terminaba
mientras ella le cantaba.
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Había colocado en un dintel del jardín
sobre una blanca mesa de marfil,
a su bello querubín,
dulces ojos azules,
dorados cabellos.
llenos de ricitos.
Puede usarse como mesa
o transformarse en balancín,
a la nena le hago una promesa...
para que después de comer
y, un buen tiempo dormir,
mi flor aquí en el jardín
pueda subir a su balancín
con sus amiguitos
y juguetes jugar...
En una silla, acomoda a su
pequeñita,
en otra sienta al caballito
de los ojos verdes,
juguete preferido de la nena.
A su derecha
sitúa a los dos perritos gemelos
de peluche,
cantando con suma paciencia
y cariño, la mamá dice,
a la niña que come mal:
“ Vengo cada día
con esta bella flor
que me colma de alegría
aquí al jardín,
y con amor.
sobre la mullida silla
acomodo a mi preciosa niña,
me siento a lado de este bien amado
que el Señor me ha concedido...
Sobre un mantel de fino encaje
coloco el plato de color rosa
con la papilla de la nena,
del lado del caballo
un cuenco con avena,
y, al de los buenos perros
dos recipientes
con sanos
ricos,
y nutritivos piensos,
y a todos canto:
“ Come linda niña,
otra cucharadita de esta sabrosa papilla
para ti,
otra para mi,
otra para el caballito
la otra para los perritos gemelos,
pues tan pronto como
la papilla sea comida
por todos,
a los más lindos juegos,
juntos
nos dedicaremos...
¡ Ah!, pero eso sí...,
antes mi hermosa flor
habrá de cerrar
sus hermosos ojos
descansar
un poco,
aquí al lado
de sus graciosos
juguetes
y amante
madrecita
que la vela con amor..."
Así, después de almorzar,
mientras la mamá, la nena
y los juguetes descansan
en el jardín las hadas, los gnomos,
Las flores y los lindos pájaritos, ... de seguido
a coro cantan, alegres y felices...
“ Otra cucharadita de papilla
para ti...
otra... para mi...
otra para el caballito,
y otra...
