Mi padre a todos, nos dio, cinco consejos,
sencillos, nada complejos
¡Buenos... consejos!
A ti hermano, amigo, hijo, o simplemente
humano...
mirándonos – dijo-
no importa si eres blanco o negro,
amarillo o cobrizo,
si aquí me encuentras
o tras de mi, ha leguas que vienes,
siguiendo mis huellas,
de cerca
o de lejos,
si me escuchas,
y tu sentimiento pones en mi oración
siempre encontrarás
una buena razón,
y meditando
dirás...
Nunca rehuses hacer un favor,
seas poderoso señor
o humilde labrador,
si en tu mano está hacerlo,
evita posponerlo
y actúa como honesto mediador...
No le digas... Vete y vuelve ,
mañana te lo daré,
si hacerlo, hoy puedes,
así, más presto él resuelve...
No maquines maldad
contra tu prójimo
cuando él confiado,
te da su amistad,
y se sienta a tu lado...
Jamás admires, o ensalces las obras del violento
ni transites por sus caminos,
obra con tiento
y comedimiento,
cierra a sus obras,
tus oídos
no escuches sus falsas
promesas...
No litigues sin motivo
contra alguno,
no propicies un destino
de mendigo, y enriquezcas
a la codicia y avaricia
de lo que algunos
llaman justicia...
¡ Te lo aseguro,
es un duro camino...!
Él dijo...
La casa del malvado será maldecida,
y bendecida la sencilla morada
de los justos...
El burlón... será burlado,
el humilde ensalzado,
y favorecido...
El honor es patrimonio
de sabios,
pues sabido ¿ de quién no es?
que los necios
heredan la deshonra
y ruedan a los precipicios ...