Enfundada en mis raídos jeans,
con los pies
de polvo cubiertos,
Señor,
en pos de tu mies,
recorro los caminos
de la vida,
Ya hace tiempo
que en mi senda
no hallo una mano amiga
ni una sonrisa cálida,
a nadie, ni nada,
que se cruce en ella.
Sola estoy.
sola voy...
a través del ancho mundo,
tan sólo tengo al sol
por grato amigo y compañero,
y a mi violín
por guía y norte.;
¿No sé a dónde voy,
ni por qué no ceso de caminar,
de girar o cantar, de reír,
de danzar y soñar,
de llorar,o anhelar?.
A veces me llego
a desesperar.
y otras vuelvo a
comenzar resignadamente,
porque poco a poco
me llegaré a acostumbrar
a la ingrata y gélida soledad,
a este eterno caminar,
a recorrer los caminos
sin afecto, ni amor,
sin amigos.
Iré por tus mares, bosques
y valles,
por tus ciudades
hasta que mis fuerzas
y mis pies
fallen
y tan solo
pueda levantar
mis ojos al Cielo,
porque se haya apagado en mi
todo anhelo...