Poemas
L.h.q..c.e.l.l.

martes, 30 de septiembre de 2003





Y el día llegó,
sobre la cima de mi bella montaña
volaron las águilas imperiales,
los vientos soplaron con poderoso brío,
la tierra se esponjó,
mientras en los mares, ríos, y lagos
las aguas se encresparon
los cielos lloraron
y todo se oscureció..

Las gentes huyeron despavoridas
y cual fieras heridas
se ocultaron temerosas en moradas
y guaridas.

Y...
de pronto, impensadamente,
un órgano celestial
interpretó la más maravilloso Ave María
que jamas había oído, y se produjo el Milagro
las nubes se disiparon
los truenos cesaron
los relámpagos
se alejaron,
y los Cielos azules se tornaron.

El Sol surgió
sobre la cima de aquella Montaña.
El Planeta Tierra se iluminó,
y sus rayos fueron rojos
intensos,
cual un deslumbrante rubí
plenos de fuego,
después se volvieron rosados
cual bellas y delicadas rosas de francia,
y a un lado se hizo,
para dejar elevarse sobre la faz del Mundo
el más majestuosos Arco Iris,
por el que comenzaron a descender
ángeles, tronos y serafines
tocando sus liras, arpas y violines
y anunciando su llegada
a la Tierra,
la de su Majestad
el Rey de la Creación,
entre pétalos de flores perfumadas,
que flotaban sobre la tierra,
y muy lenta
y
majestuosamente
dando tiempo a la salida
de las estrellas
y Luna,
Alba,
y a la llegada
de brisas
y brumas...

¡ Oh maravilla
de maravillas!
un gran y hermoso Señor
de cabellos plateados
blancos cual copos de nieve,
y voz poderosa
envuelto en una resplandeciente
túnica,
de maravillosos ojos celestes
y manos de azucena,
sobre cuya cabeza
reposaba
la divina
paloma
del Espíritu
y se hacia acompañar
de su amado Hijo
el Redentor del Mundo,
posó la planta de
su amado pie
sobre la adorada Tierra
por Él creada,
y todo
absolutamente
todo se iluminó,
de gozo se llenó,
y cantó
saludando
a su amado Padre
a su gran Hacedor
y entonces
ante ellos
se inclinaron reyes
y se rindieron tronos,
su cerviz bajaron
todos
los poderosos,
pues
había llegado al fin
a nos
el Su Reino
y en Mundo se sumió, en un profundo éxtasis
de adoración y sumisión,
de bondad
y aceptación.
Y la Creación
entera
los
alabó.

*
*

A
m
é
n

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*

Ann Louise
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