Siempre surge en mi vida
algún dilema,
cuando siento que amo
cuando brota mí
manantial
de ternura...
Mi condena de
amor
es vivir de rodillas
o morir de pie...
a su lado,
no puedo vivir,
siento que me muero,
y un día
tengo que huir
alejarme y partir
al otro
confín del Mundo...
Mi Dios
dime qué puedo
hacer?
hasta cuándo
padecer?
dime
la forma de olvidar.
para del laberinto
del sentimiento
poder salir...
Ayúdame a aceptar
su limosna,
a poder olvidar.
Siempre cometo el
mismo error,
me duele tanto tal dolor
porque yo amo
y no quiero
causar daño alguno,
y al olvidarme de
mis dolores,
de los daños que recibo,
y del gran vacío
que me produce
todo amor indiferente,
logro recordar
que no me aman,
que no les duelo,
que nada les importa,
mi tristeza y
mi pena
que nada soy,
y me pregunto
por qué olvido cada engaño,
y de nuevo me visto
de ilusión
y sonrío,
si ...al poco
vuelve el dolor
mi fracaso
de amor
y se clava
en mi corazón
la dolorosa espina
de la desilusión,
al carecer
de lo único
que para mi
tiene
verdadero valor
en este Mundo
ese gran amor
durable
sincero
y eterno.
Ah Señor
por qué me has hecho
tan sensible
y vulnerable
al dolor ajeno
y tan fuerte
y resistente
al mío?
Por qué me condenas
a vagar errante,
con paso vacilante,
soñando a cada instante,
castigada a vivir
eternamente
enamorada del Amor,
sin alcanzar
a conocerlo
nunca...?
Por qué mi Señor?
He llegado
a pensar
que es que tú
de mí
te has prendado,
que soy
tu
E
L
E
G
I
D
A
y que tan sólo
me deseas
a tu lado,
por eso a todos
mis sueños
mundanos
revistes
de
fracaso.