Poemas
La silla de ruedas

jueves, 17 de octubre de 2002






A, D.V.F.
17.10.93




En su mundo de silencio
solitario y abatido
callado y misterioso
oculto a la luz del día
derrumbado en su silla...
permanece.

Al llegar
la  noche neoyorkina
sale a respirar
y al rodar la silla
bajo la marquesina
de la esquina
profusamente iluminada,
las nubes de la melancolía
embargan su alma,
rompen su calma
y sin poder evitar
llora en soledad,
viendo con envidia
a la gente feliz que camina
mientras suspira.

¡ AH , si tu pudieras soñar
volver a caminar !

Yo sé bien, a cuanto
has tenido que renunciar
lo mucho que has penado,
tener que aceptar y olvidar
todos tus maltrechos sueños
y deseos.,
.
¡Cuántas lágrimas
que inmenso dolor !
Pero no sufras más, amigo querido
que en la noche abrileña
finalizará tu condena,
yo lo sé
porque me he anticipado al mañana
y rebuscado sin descanso,
en el universal baúl de los deseos
y he suplicado para rescatar el tuyo,
y con él, tus mas bellos sueños,
y...

Te prometo que
en el  próximo  anochecer primaveral
estarás caminando, de nuevo,,
como cualquier otro mortal,
y ya nada, ni nadie
podrá evitar  que eso suceda.

¡Un ángel
en tu camino se ha cruzado
y de ti se ha apiadado
pues tú dolor
el corazón, le ha llenado
de amor !

*

(C)Anny Gordon
l.h.q.c.e.l.l.
LACAUSA
April
Canta
Michael Iackson


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