No hace falta que lo digas,
no hace falta que lo escribas,
tan solo preciso que lo sientas.
Que cuando te quedas a solas
rodeado por las gigantescas olas
te percates de que me añoras.
Y que cuando amanece
observando la majestuosa luz del sol
reflejarse sobre las aguas del Océano
me extrañes a tu lado
y sientas que por mi, tu amor permanece...
Que ansies susurrarle a los vientos mi nombre,
para complacerme,
aunque por mi los violines lloren.
y que al Señor de tus Bahias ores por mi,
cuando de mi te aprisione el anhelo
porque anhelas,
mis caricias y dulces susurros,
te sientes huérfano de mis sonrisas,
y en mi busca extiendas tus manos al ciielo
y yo ya no soy de este mendo,
Yo renaceré a tus mares
sobre esas olas que tanto amas
subiré a la cubierta de tu nao,
pero preciso que me reclames
susurrando delicias y maravillas,
lanzando perfumadas esencias a las aguas
haciendo guiños de complicidad a la luna,
y desviando la ruta de la estrella fugaz de mis sueños
y entonces ¡Sí!
Mi sonrisa virará su rumbo,
con el visto bueno de él, cielos, brumas
y olas...
Amaneceré entre tus brazos fuertes y poderosos.
sobre la plácida Bahía
de todos los ensueños.