Poemas
El fruto prohibido

viernes, 5 de diciembre de 2003







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Ayer, mi amor, yo soñé
que vestida con aladas muselinas y gasas,
dejando tras de mi radiantes estelas
y halos luminosos,
sobre tu cuerpo, dichosa caminé,
hasta tu boca llegué,
dulcemente, con la mía, rocé
y acaricié.
Tu generoso corazón lamí a besos,
me detuve, al llegar a tu pecho viril,
sobre él recosté mi cabeza y esparcí mis cabellos
rubios, dorados, cual espigas de trigo,
lo acaricié con mis cálidas manos,
y mi mundo se pobló de los mil
y un ensueños
del amor ...



Todos los luceros y estrellas
del Cielo
en ellos surgieron,
fueron mis compañeros de vuelo,
de ambrosía, y travesía...

Envuelta y bañada con sus luces,
ellos, ellas y yo,
envolvimos,con nuestros brazos,
tu amado cuello,
lentamente bajamos por tu vientre
esperando alcanzar tu Monte,
ese tu Sacro Monte,y culminar airosos  su cima,
pero un monje inclemente,
con espada de fuego,
el paso nos prohibió,
en su fe,ante nos, se mostró intransigente,
a nuestro Cortejo detuvo,
cuando íbamos a degustar,
el fruto del árbol de la vida,
y nos quedamos sin probar,
la fruta prohibida.
Ni ellos, luceros
ellas, estrellas
ni yo.
Pero sí sabemos,
que , ellos, ellas y yo,
contigo hicimos el amor,
montados en la blanca nube
dulcemente acariciada
por el soplo de la brisa,
que alcanzamos el sumum,
del glorioso éxtasis
para retornar a Génesis,
puros y nítidos
limpios y cristalinos,
envueltos y rodeados
de esplendor, engalanados
con el fulgor del amor.

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