Qué placer sería
¡Ay, qué inmenso gozo y alegría
que por el día luciese el sol
y por la noche lloviese
porque así la madre Tierra podría beber
Y nosotros sin paraguas, de día,
bajo los rayos del sol
salir a pasear.
Cual qué dicha sería
que la miserable guerra,
obra de seres, obviamente miserables
y malignos fuera,
tan solo, una fea pesadilla
y la paz nuestro más bello y real sueño
un habitáculo, para todos nos risueño,
confortable, cálido
y prometedor de paz, medios, dicha y bienestar
donde luce y perfuma la flor,
el sol destella,
la aguas danzan en calma
y todo mal viento se convierte en esa brisa
cálida que a todo lo creado acaricia.
Qué por siempre suene la música,
en todos nos, rítmica y melodiosa
y que todo se revista de
¡REPOSO PAZ Y AMOR!