Lo hace a lo largo y ancho de mi anatomía.
Asoma su brillo ilusionado a los ventanales del alma,
late en estas manos inquietas y
en la expresión de su lenguaje.
Habilita mis pies a la danza ,
sus giros, ritmos y pasos,
y tras el elenco.
La sonrisa cálida y afectuosa de mi boca.
En cada latido de mi corazón
hay amor, generosidad, paz, nobles anhelos
y el consabido gramo de locura…
En su talle ajustado huellas musicales y pictóricas
ritmos y óleos.
En su vivir y acariciar, al caminar la vida
va tras la belleza, de las aves y ensueños,
y cual el girasol, prisionero de la grama que lo sustenta
me nace girar la testa e ir sempiternamente en pos del sol
elevando hacia Él ese vivencial y poderoso gemido
del placer, la gratitud y gozo que a todas horas,
me habita y desborda,.
¡Amo, amo, amo…!
Y siento en mí, en esa valiosa víscera que me late
que amando contribuyo a a incrementar la energía positiva
del fastuoso y señorial planeta que habito,
nuestra bendita y amada ¡ Madre Tierra!
Por SU gracia soy y moro en ella,
la, llevo cosida a los luminosos pliegues de mi alma
con ilusión,
moro y coloreo los sueños,
y desde la paleta variopinta
construyo, habilito y decoro
ese tropel de anhelos que sí se realizan
siempre en mí..
Por ello, me envuelve el sempiterno foulard del gozo,
la refrescante pamela con ala vuelta del ensueño,
y penden de mi talle mil pliegues de muselina primaveral,
sobre los que refulge el lame dorado del dios sol,
y la plata argenta de la luna
bajo ella…
con las lianas trenzadas de mis pies
felizmente complacida, intento hollar la tierra,
y dejar en ella permanentemente
la, que deseo, poderosa huella de mi paso existencial.