Ojalá siempre fuese Primavera
abriéndose a la vida
y a la amada tierra,
un hermoso valle florido y cultivado.
El sol brillase diariamente
y las edificaciones donde moramos,
permitiesen su paso a nuestro interior,
a través de estructuras de cristal
trasmisoras de economía, luz y vida.
La mar se mostrase dulce y serena,
invitando a los marineros
a salir diariamente a ganar su sustento,
con sus lanchas de puerto
y regresar oliendo a frescura
con sus barcas llenas
de vida,
postrándose agradecidos
ante ese Dios que al igual
que a las avecillas del cielo,
de ellos cuida y les procura medios.
A la brisa y su caricia de pétalo de rosa,
que ayudase a todo navío
a salir del pairo,
hiciese girar las aspas de los molinos
en los bosque eólicos.
La lluvia fuese una bendición mansa
y humilde,
que saciase la humedad de todos nuestros
campiñas y embalses ya casi secos.
La bendita Tierra no se abundase de grietas
y sequedad, basura y miseria,
bebiendo a la medida de su necesidad
y tras ello dispersando un eterno canto de sosiego
y armonía.
Su fauna protegida, respetada y amada.
Que todo sea en ella y en nos,
paz y amor.
*
(C) Primavera del Valle
LACAUSA
¡ Respetaré todo lo creado!¡