A la sombra de una sombrilla
yo voy feliz por la Florida
luciendo mi palmito
la mejor de las sonrisas
Y este mirar zalamero
que me nace.
A mi paso sonríen y saludan
gentiles los caballeros.
Trinan los pajarillos,
las flores exhalan sus variopintos
perfumes,
compitiendo, unas con otras,
sus coloridos y perfumes...
Y hasta aquellas nubes feas y díscolas.
que parecian predecir lluvias,
a mi paso solicitas hace una genuflexión y se van,
cual una premonición de buena ventura.
Dejándonos lucir con esplendor al Sol
y a mí.
Una humilde mocita del barrio de San Antonio
de la Florida,
que va a poner los alfileres al Santo,
rogándole un buen marido.