Nunca tuve miedo a morir,
porque sé que nuestro destino final
es la muerte,
pero ahora sí, tengo pavor, en vista de las circunstancias
y los hechos acontecidos,
a que si fuere presa del virus me quiten el respirador, me anestesien
y condenen a MORIR..
privándome así de mi derecho a vivir,
yo que tanto ¡tanto amo la vida!
como se afirma que hicieron con tantos y tantos
desamparados ancianos...
Privarme de contemplar la luz del día,
de ver salir el sol y su corte de fulgor y esplendor,
admirar y escuchar el vuelo y trino de las aves.
Miedo a dejar desamparadas a mis mascotas, Flow y Copy,
sin nadie que las acoja, alimente y dé cariño.
Miedo y tristeza a abandonar mi amada Villa,
sus plantas y jardines, libros, música, cuadros que he pintado,
recuerdos familiares, infinidad de poesías y relatos que he escrito.
Miedo a nunca volver a contemplar el mar,
el Bosque de las violetas,
a bogar en el Stela Maris II,
y transitar el Valle del Amante Eterno,
aquel amado rio de mi infancia y adolescencia,
el Miño, en tierras gallegas.
Es terrible y criminal esa privación a disfrutar
del divino y universal derecho a VIVIR,
al que "TODOS", sin excepción tenemos derecho
Solo me restas TÚ SEÑOR
déjame alcanzar a coronar el ciclo natural de mis días,
sin que también se cobren la mía.
Envía tus ángeles para que me tomen de las manos
y guarden de esos seres materialistas, deshumanizados
y asesinos, que algún día en algún lugar del Cielo o de la Tierra,
no dudo serán sometidos a su "particular" Juicio de Nuremberg,
porque sabido es que el que a hierro mata.
a hierro muere,
y dame abrigo y protección bajo las plumas de TUS
ALAS.
*
(C) Tristana
13 Septiembre 2020.
Música
Ennio Moricone
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