Ayer te esperé...,
y esperé, esperé, esperé...
desde el albor luminoso del amanecer al ensueño
e ilusión de amar,
y llegó el anochecer.
Me sentía tan bien, complacida e ilusionada...
alada y vaporosa cual delicioso suspiro de brisa.
¡Ay!, ayer deseaba tomar tus manos entre las mías,
y sentir la mirada cálida de tus ojos enredada en la mía…
Sí, ayer fue aquel día anhelado por mí…
para.. cortar definitivamente mis alas de mariposa
y pensar sólo en ti, en mí, en nosotros los dos....
pero...¡ Qué tristeza!
tú no llegaste.
Ayer era el día, tanto tiempo esperado,
la anhelada ocasión
de sentirte a mi lado,
y sabernos el uno con el otro.
Ayer te hubiese seguido hasta el
confín de este maravilloso edén paradisiaco
al que dicen …¡ Tierra!
Mi deseo no se vio realizado,
y los deseos de mi corazón fueron difuminados por el soplo inhóspito del viento
que las gotas descontroladas de la lluvia arrastraron,
.del valle del olvido a la metrópoli nebulosa de la ausencia,
y soledad,
donde sólo mora el frío silencio del olvido y el adiós..
....
¡Ayer, amor, era ayer
Ayer vida mía
Ayer, amado mío, cuando te esperé.
¡Era ayer o nunca!.
¡Qué lástima de Ayer!