Poemas
Una nana para ÉL

viernes, 6 de abril de 2018



















UNA NANA PARA ÉL,
ORACIÓN A DIOS
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Él es el primero en no desear  sobre su amada tierra
tanto oprobio,  pobreza y miseria.
Dolor y tristeza, odio, guerra, muerte,
necesidad y hambre.
Tanta indiferencia, incomprensión, e intolerancia…


Y con frecuencia es  también el primero.
en más y más sufrir.Se le desgarra el corazón,
al observar con  dolor, en lo que han convertido
aquel  su amado vergel..El paraíso soñado.
Su amado Jardín del Edén…
¡La Tierra!



Debe ser pues, el primero al que desear
que su día sacro, el Domingo,
sea respetado y por todos vivido
con paz, fe  y amor…
Diariamente es abrumado.
Todos son a pedir, pedir y más pedir…
y tan escasos e insuficientes los dispuestos  a dar.
A por Él  interesarse...
Y preguntarle…
¿ Cómo te encuentras Señor, eres feliz?.
Tributándole respeto y amor.                    
                            

II



Sé que hoy es Domingo y que Él descansa,
pero a mí me haría tanta ilusión
poder ir a visitarle,
ir a ver cómo duerme,
cómo  reposa y recobrar fuerzas.
Embelesarme contemplando  la belleza y dulzura  
de su rostro dulce y amoroso…

Iría pues... sí iría  hasta SU MANSIÖN CELESTIAL...
lo haría...
Con mucho tino y cuidado para no hacer ruido,
de puntitas llegaría hasta Su lecho,para no despertarle,
si estuviese durmiendo.
Y  si al dar vueltas en él,  se hubiese destapado,
le arroparía  muy quedamente...
con mucho amor,
uno a  uno  retiraría del  rostro sus blancos cabellos.
Que  nada perturbase su bien  merecido descanso.
Después besaría Su frente, y mano diestra, de Sabio
y Grandioso Hacedor...
y me iría feliz por donde había ido.
diciéndole:
¡Descansa y ten sueños bellos, amado Padre Mío!,
pero no sin antes, a Sus  plantas, dejarle
alguno de mis regalos preferidos:

Una de esas humildes, pero divinas
y perfumadas florecillas blancas.
Una briznita de hierba verde,
de esa tan fresca y lozana,
que tapiza nuestros campos.
Una piedrecita blanca, redondeada
por el ir y venir de las olas del mar,
en su diario y constante besar  
a las doradas arenas de la playa.
También una plumita tersa y brillante  
de esas Sus aves benditas y amadas,

Tras todo ello, con ternura Su sueño  arrullaría
al cantarle esta hermosa nana
que para loarle,  me enseñaron mis padre
cuando era niña chica:
"
¡ Duerme Grandiosa  Luz Magna del Universo!.
Duerme Majestuoso  Corazón de  Rosa perfumada
de Alejandría.
Deslumbrante Lirio del Valle.
duerme y descansa,  Señor Rey de Reyes
Amor Excelso y luminoso Cantar de los Cantares
Duerme armonizado entre Tus musicales
y deleitosos  Salmos
Complácete  en Tus Proverbios, Hechos
Corintios, Eclesiastés,
y regresa una y otra vez,  a la ilusión
a  Tú Gran Obra La Creación.
Haz que eternamente sea GÉNESIS.
Y de aquellos que te amamos:
Su más  Épico, Supremo. Singular,. Diestro y Sabio
Guía…"


*

© Ann Louise Gordon
l.h.q.c.e.l.l.
LA CA USA

Música
The Phantom Melody. Albert W.Ketelbey.

Imagen
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