"Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas.
Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos"
Gustave Flaubert
Aposentada en los sueños,
por entre ellos, noche y día, discurría.
Alegre, feliz y complacida.
Iba enfundada.
en la sonrosada vestimenta del anhelo.
en su alcance y consecución.
¡Ensoñada!
Uno tras otro, para la aprobación de ÉL diseñaba y construía
rocambolescos y majestuosos palacios,
castillos, mansiones señoriales,
Catedrales y Templos sobre promontorios rocosos,
Paraninfos, Museos, Auditorios, puentes y vías al acceso universal;
proponía encuentros, firmaba pactos de paz, amistad,
de mutua colaboración,
sin dar tregua a mi ansia de compromiso y majestuosidad.
Lo hacía sobre las alas del aire, entre brisas y vendavales,
en los lugares más abruptos e insospechados;
sobre las arenas doradas de la playa del milagro,
en la ladera de las montañas nevadas,
o las profundidades marinas,
y sobre las aguas ópalo del lago de todos
mis ensueños.
Eran proyectos sedosos y aterciopelados,
que, a mis ojos, destellaban esplendorosos ,
bajo la luz amigable y cómplice del Rey Sol,
ajustados,al bagaje y esencia de aquellas
ansias y deseos; que abrigaba, bajo las plumas de Sus alas.
¡Decidí abandonar por un tiempo,
el lugar de mis sueños, ante una llamada,
un Sos emergente...,
salté el foso, bajé el puente levadizo,
que da acceso al exterior,
y partí hacia la morada del lugar requerido.
II
En torno al lugar señalado, un solo palacete,
reinaba un silencio hostil y sepulcral.
No vi puertas de acceso a las que llamar,,
sus ventanales estaba cerrados,
las cortinas echadas.
El lugar estaba envuelto en unas extrañas
y descoloridas brumas verdosas.
Giré la vista en torno a él,
no alcanzando a ver ni un solo de mis pájaros en vuelo.
Allí no surcabaqn el cielo bandadas de golondrinas,
tampoco, vislumbré campiñas, jardines, flores
bosques, colinas, árboles, fauna,
mariposas en vuelo y luciérnagas en danza de fuego feliz.
No tenia estanques con cisnes señoriales
ni deslumbrantes fuentes luminosas.
Ni siquiera me recibió, como era habitual, la Música.
ni algún que otro pigmento variopinto y colorido.
Indiscutiblemente era un paraje hosco,
que no reunía las condiciones deseables,
y supe que no deseaba ser ayudado.
¡Qué horror! - me dije-
Recordando con aprensión
que ya ha, había dejado atrás lugares, en mi ayer,
donde anidaban, al igual que allí,los invisibles cuervos del silencio
y la soledad.
Doinde los seres eran muy desgraciados e ifelices,
No sabían de Él ni de la luz del sol.
Todo era sombra, mugre, miseria, oscuridad
y graznidos...
¡Retrocedí espantada!
¡Qué puedo hacer aquí!-grité horrorizada-
y cerrando los ojos al nada apacible lugar,
partí hacía la factoría de mis pospuestos sueños.
.
¡No, nunca jamás!
Y....
III
Regresé de nuevo a la luz del esplendor.
A la vida, y la ilusión, de mis mil un sueños
y ensueños…al bagaje de mis proyectos y anhelos,
acomodados a bogar en la nave del gozo, del placer,
agitando a todos los vientos, su bandera de esperanza,
con el timón de su fe y credo incombustible,
y la enseña, ondeando en el palo mayor,
del amor universal.
Ese amor que no es perecedero
que jamás muda,
es inmortal, por ello perdura,
y jamás envejece,
Ha sido incrustado a fuego,
en su alma y sentir,
que es SU Amor...