Vegetar contigo,
es ir entre las sombras silenciosas
de la noche, sentirme tan cerca,
y a su vez tan lejos de todo,
sin saber qué hacer,
en medio del silencio ,reserva,
mutismo...
¡ Bah, no
mejor reír a solas,
acompañada de mi alegría,
ir con paso elástico,
sentirme despreocupada y feliz
bajo los rayos luminosos del sol,
plena de bienestar y complacencia,
entre las sonrisas y afectuosos saludos
de tantos conocidos y amigos,
que me saludan y dialogan a mi paso.
¡Sintiéndome tan bien!
La diferencia estriba
entre sentirme tan sola
y perdida en el silencio y vacío
de tu compañía,
o de esa deliciosa soledad
y gratificante paseo por la senda
donde mora la simpatía, el gozo
la alegría,el saludo amistoso,
y los mil diálogos que suscita mi paso
afable y – siempre- cordial…
La elección, no es difícil,
ni tampoco ya motivo de duda
o remordimiento alguno,
para mí...