Somos las dos fachadas laterales
del edificio,
de esa transitada manzana que forma dos, ángulos
iguales.
A cada lado de su elegante chaflán nos encanta dialogar
lo hacemos,
entre cálidos susurros al anochecer
y en voz alta, clara y audible,
durante el ruidoso transito de cada día
y sus horas del bullicio.
Y que nadie se percate,
de lo que nos acontece,
que uno por el otro
morimos de amor
Tú y yo, tan cerca,
a ambos lados del chaflán.
a toda hora, departimos
tú dices…
¿Amor, me oyes, sí?
y me pongo biselada!
Si exclamas, con embeleso…
¡Amada!
¡Mi Dios, qué locura!
estar “ casi” a tu lado,
soñar ,
tan cerca de ti,
a un lado de ti,
tan, tan a tu vera….