Los humanos soñamos alcanzar a ser dichosos
e intentamos ver realizados
hasta el más mínimo de nuestro sueños,
anhelos y deseos.
¡ Todos!
sin desperdiciar ni uno sólo de ellos.
Ansiamos algún día, en cualquier lugar
vivir la hora más dulce, grata y feliz
de nuestra vida,
sin tener presente
que también puede llegar a ser...
la más amarga.
No consiste la felicidad
en hacer todo aquello que soñamos
llegar a hacer y ver convertido en realidad,
sino en querer lo que ya hacemos
por simple y rutinario que sea.
Es tan fácil y , a la vez, tan difícil,
o tan difícil, y a la vez tan fácil...
Sólo hay que tener siempre- inexcusablemente-
algo que hacer,
alguien a quien poder y desear sinceramente amar
y algo que, aún no hayamos alcanzado
que nos llene de ilusión
y esperanza.