Al recordarlo hoy lo comprendí
el hombre aquel hacía hechizos,
apasionando y subyugando,
atrayendo e ilusionado..
Su aspecto era sumo, de armonía y majestad.
prendía de su boca, una cálida sonrisa
de cielo azul en Mayo;
sus manos, eran delicadas,
cual aves en vuelo,
dedos largos, cálidos y suaves,
sentí en las mías su tacto de tisú y terciopelo
sin precisar de lenguaje oral alguno,
sus manos fueron de amor…
largas estilizadas, elegantes y pulcras,
colmadas de afecto y ternura,
acariciaban....
Manos que al ejecutar el violín
besaron mi alma,
apasionadas manos que al alzarse en vuelo
acariciaban, ensoñaban, besaban y sonreían
a la paloma que las interpretaba…
Levantó oleadas de emociones en mí.
Esparció sobre mis sueños y los tinto
de los más luminosos albores
sublimes y perfumados pétalos de arco iris…
que me invitaron a beber
las más afrodisíacas mieles
y embelesaron…
El era el único valido,
y sabiéndolo realizaba su show,
se caracterizaba:
ora hacía de fastuoso y hechicero mago
ora de apuesto y gentil príncipe,
ora de tierno, dulce y melancólico payaso
y al dar respuesta,
por triste que fuese la melodía
que tras la espesa capa de maquillaje
ejecuta su violín…
sentía como tomaba mis manos,
entre las suyas y al aproximarse,
me brotaban alas y junto a él me elevaba
para mostrarme su hechicero rictus amoroso.
Tras lo cual, me sumía en los más dulces ensueños....
Mas fue triste su final
porque tan sólo había sido ese mágico sueño
de amor…
entre una joven muchachita y un payaso
que siempre se repite…