Cada año, al regresar me recibe el sol.
Mil aves vienen a mi encuentro,
las mariposas revoloteando en torno a mí,
ejerciendo de bellas embajadoras,
me dan la ¡ bienvenida!.
Camino por la playa
el mar me saluda animado y acogedor
cual si nunca me hubiese ido…
El soplo de la brisa me acaricia
y presto me empuja hacia la casa,
mi adorada morada rosa de la música,
la de los días más felices,
que se yergue olvidada sobre el promontorio rocoso,
orgullosamente altiva sobre los arrecifes
tal como ayer lo hacía.
Hoy se muestra fría y distante ante mí,
ni me mira, ni una sola de sus puertas o ventanas
se abre, para recibirme
permanece ausente, callada, enfadada y lejana.
Es una mansión ultrajada por el olvido
de todos los que en ella moramos
porque yo también la abandoné,
aunque fue en contra de mi voluntad,
tenía seis años, cuando la vida me arrancó de ella.
Pero ella sobrevivió al paso del tiempo.
¿Quizá necesitaba volver a reír,
volver a sentir nuestras voces y pasos, a soñar?,
Y junto a ella, llorar y aceptar,
aún a sabiendas de que de ella
y de sus antaño moradores
nunca me olvidaré,
Durante mucho tiempo no pude tomar la llave y entrar.
siempre me decía :
No estoy preparada aún
para afrontar el shock que supondría
ser asaltada por la vorágine del ayer
y cobardemente huía,
llevando esa tristeza “ aquí”
incrustada a fuego, en mi pobre corazón
que cada año venía, la contempla
mas no podía acceder a ella…
y ella no lo olvida.
Pero, al fin un año pude devolverle la alegría
y hacer que sobre ,los promontorios
se escuchase, de nuevo, el piano de mommy
que el mar susurrase, cada noche, a los pies de la
alcoba de aquella niña rubia de ojos azules feliz y alegre
diciéndola:
-Asómate que quiero decirte algo…
Sí, quizá- aún- fuese posible
volver al ayer
y una vez en él
aprisionarlo, encadenarlo a mí
-consiguiendo que el tiempo
volviese atrás.
Entonces seriamos, otra vez, tres sus moradores
y todo sería gozo, alegría,
ensueño, ilusión
Y amor…
Así la casa y yo sobreviviríamos a un
“ inexistente ayer,
las violetas del bosque trasero a ella
los ventanales abiertos y las cortinas ondeando al soplo
del viento,
la lluvia de estrellas
mi casa y yo
volveríamos a retomar la
¡Vida!
*
Anny Gordon(C)
2012
Music
Michel Pépé
Imagen
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