¡Ah! que gozo y delicia sería la llegada de la Primavera
amanecer, otra vez, en el Bosque de las Violetas
contemplando su belleza,
la frescura y lozanía de las flores
oir el murmullo de los arroyos que lo habitan
el trino armonioso de las aves,
tendida de nuevo, sobre el pasto
arrullada por la melodía y soplo cálido
de la brisa sureña
volver a escuchar los sonidos mágicos
que emite el reloj solar de mi tierra
y adormecerme confiada…
Despertar cuando comienza a caer la tarde...
calzarme y alisar los cabellos
iniciando el descenso
por la Colina de los Ensueños
y contemplar embelesada
el manto plateado y destellante
del mar bajo mis pies,
sus olas espumosas
los trinos y vuelos de las gaviotas;
comenzando a divisar sobre el acantilado rocoso
la preciosa casa rosa de la playa...
¡Mi hogar!
escuchando de nuevo
a medida que me aproximo a ella
los acordes gratos y melodiosos
del piano de mi amada madre,
e identifico al hombre
que camina por su cercana playa,
mi querido papá
con un libro bajo el brazo
un sombrero de panamá
en la mano
acompañado de dos lindos perros
que corren tras una niña
de cabellos dorados
y ojos risueños.
¡Ah, qué dicha
volver a los recuerdos de antaño,
a los días hermosos
retornar a la infancia
a los juegos y las risas
a tanta felicidad.
Volver al lecho donde se aposenta
el crisol de todos auquellos recuerdos
y las cosas bellas y armoniosas de mi vida.
Al ayer…