Sé que nevará en la Navidad de la vida
que, llegará un tiempo que ya no seremos jóvenes,
blanquearán nuestros cabellos,
los movimientos se harán más torpes
añoraremos otros tiempos.
Pero en la señorial mansión del alma
todo , seguirá iluminado y gozoso
respirando paz, ilusión, anhelo
y calma...
Para cuando llegue ese tiempo,
ya hice construir un refugio terrenal,
engalanado con tres alegres alcobas
donde alojar
la valija de los recuerdos, las horas felices y gozosas
los minutos f
mágicos,
todo ml bagaje de ensueños y suspiros,
las risas de fantos momentos inolvidables
y sus disfrutes;
el inmenso amor que viví
y el inexistente dolor que nunca sentí...
No necesité del exterior,
materia prima, ni mano de obra,
las adecué a mis propios pasos
y ritmo de vida,
deseando que las tres alcobas,
Ayer, Hoy, Mañana,
fuesen cálidas y aogedoras,
amplias y luminosas,
que cobijasen, con holgura,
sin atropellarse, todo nuestro ayer.
Cubrí, enellas, paredes, techos, puertas,
ventanas. Empapelé hasta el alma,
para poderlo contemplar,
a toda hora, rememorar...
Y conociéndome como me conozco
supe que un día, con lágrimas en los ojos
y nostalgia en el corazón, diré:
¡Ah, qué maravilla,
Qué bella ha sido la Vida!.
Desde luego, que sí, …
Con creces ha mercido la pena
¡Ha merecido la pena
luchar, soñar, ¡ Llorar
reír....
y VIVÍR.!