La amistad es muy valiosa para mi
aunque reconozco mis limitaciones
y se muy bien que con frecuencia
no alcanzo sus expectativas
que falla
y se ausenta.
Impensadamente,
llaman a mi puerta, nuevos y posibles amigos,
pero apenas da tiempo a fomentar
una tan superflua
y efímera amistad.
Yo los llegaré a respetar y apreciar
siempre, sinceramente,
pero nunca alcanzarán a hacer latir
las fibras sensibles de mi sentimiento,
porque honestamente creo que no les interesa
la amistad y lo que ella implica.
Con éstos, siempre me debatiré, tan sólo, entre la obligación
y la cortesía.
Casi apenas podré expresarles
ni decirles cosas bellas
sobre sus o, mis inspiraciones
¡ No!, no podré, unas veces
por falta material de tiempo,
otras
porque nunca pude, ni supe mentir,
y,además porque...
¡No se me da demasiado bien
expresar lo que no siento!.
Así día a día, impotente,
veo como de mi se van alejando,
y, finalmente, de ellos ya no
vuelvo a saber…
¡Desaparecen, igual que llegaron!
Siento tristeza y malestar
una vez más, me consta
que, con frecuencia, es culpa mía,
pero… no siempre
Aún sigo, por un tiempo,
abrigando un rayo de esperanza…
¡Ay, si tales amigos volviesen a reclamarme amistad!
pero ¡quia, qué ilusa soy!
Esos amigos
¡Nunca vuelven!…
A veces,pese a ello, aún los recuerdo, cuando voy
por el florido Bosque todos los Anhelos
y me susurra
su nombre, al oído,
el viento de los buenos deseos…
Mientras por doquier
aún, me interpelan
los poderosos gritos de su silencio;
las aspas de los molinos giran con fuerza
y todos mis prados de tulipanes
se agitan
tratando de reiterar en mi
el inconmensurable
significado de la palabra
¡ Amistad!
¡Sí! a todos esos,aún les prometo amistad,
hoy aquí. ¡Frente al Mar!,
conmovida, por la majestad imponderable de estas
blancas y espumosas olas
que lo habitan
y magnifican.
Aunque no ignoro que posiblemente
con ellos, volveré a fallar,
una y otra vez,
pues, al intentar caminar, por sus lares
nunca hallé las fuerzas y la consistencia
de ese verdadero deseo del sentimiento amistoso.
Todo es, en ellos...
tan vacío, hueco y desangelado
que me siento cual la brisa sureña
a veces “ sin soplo” y otras…
sin lograr evitarlo
¡Ave de paso!
Si bien, sé y es ¡Muy cierto! que
todo aquel que "de verdad"
me de su aprecio, estima y valoración
"sincera y honestamente"
sin halagos ni vanidades innecesarias,
que conmigo deje hablar al corazón,
de las cosas gratas, simples
y sencillas de la vida,
siempre me hallará dispuesta.
Sólo tendrá que
llamar a mi puerta
yo acudiré,
y, sin dudarlo ni un solo instante,
le extenderé la mano
pues muy bien sé distinguir
a quien puedo y, sé que debo apreciar
y corresponder, cual fiel y leal
emisaria de esa mágica esencia que es