Cual un giro impensado y ligero del musical viento
llega la danza, lo hace con furia, vigor
e inclemencia…
concibe, genera, produce, inventa,
imagina, trama, urde, forja...
Pasos, giros, piruetas, saltos, deslizamientos
infinitos…
genera algarabía, bullicio, fantasía,
magia,
produce hechizo.
Llega la majestuosa y rutilante
entra suntuosa y señorial la Danza
parece irse, pero vuelve, gira, regresa
se acomoda, toma posesión de su sitial de raso
toma su corona y cetro de oro
en el parnasso de los dioses.
Se asienta, progresa, medra, se presenta,
expresa, mueve, gira, danza que te danza
hace sus giros, rehace y deshace mil veces lo hecho.
Se distiende, extiende, propaga, expande,
llega, toca, besa, acaricia sosiega...,
Se inclina, reverente ante el acorde amoroso
que la orienta, guía y toma de la mano,
que la experimenta, ensaya, presenta y representa,
la acompaña, e invita.
Le da vida, cuerpo, vigor y expresión
la inclina y eleva
la resurge y reanima
le invita a darle alcance, o pasarse a un leve pas
de deux, un pas molinete,
battu o cualquier otro giro y acción
perenne de baile,
que cesa, cuando se apaga el arpegio musical.
¡ Inerte aparenta quedar la danza, en silencio!
en su alada expresión se recuesta,
sobre el mullido toma su tiempo, pausa y descanso,
se torna, deleite, lago y cisne
y entre quietud expira
mas...
sus pestañas parpadean, hay un leve temblor
en su pies y manos, en su brazos,
en sus ojos y labios
La Señora ¡ Danza! es eterna,
sólo desfallece o reposa, o suspira, no muere
como lo es, la música, el ritmo y, el movimiento
el compás y la armonía
de toda Melodía.