Mi adorable caballero es melodía,
y llama pura,
siempre procura dar a mi vida, noche y día,
placer, risa, gozo, alegría...
Regálame el doncel, su paso, compás de gran danza
pomposa dicha y ventura.
Es modelo de encanto, lealtad y donosura
luce el galán modales llenos de exquisitez
y finura.
Posee un feroz y galopante corazón de corcel
para dar alcance, frenar mi anhelo de relámpagos.
Es nuestro ardiente lecho de amantes,
de claveles reventones y pámpanos.
a él, le crecen amapolas en el pecho
y a mi,
me salen palomas del beso...
Níveos cisnes hay en la piel de nuestros
deleites
que guiando van, la carroza florida
de nuestras delicias...
Laboriosas y diligentes son las abejas
de nuestros, besos, mimos, caricias
y ternuras...
Yo camino tentadora, a eso del atardecer,
por sus crepúsculos prohibidos.
Sin rumbo ni destino.
Él, tras de mi, raudo viene al amanecer,
se desliza por el terciopelo
de mi anhelo.
Ambos nos abrazamos, gemimos
y suspiramos, para con gozo y pasión…
miramos a los ojos al traspasar juntos
gozosos, cómplices de un mutuo acuerdo,
el pórtico señorial
de la gloria...
Él paladea, siempre, de mi níveo seno
su dulzor perfumado de membrillo
bajo la luz del sol, el iris y la aurora.
yo, con arrebol, su cuerpo de roble,
con alma de atleta,
su frescor de heno, el néctar de sus frutos,
la savia de sus vigorosas raíces...
Sé, que, a perpetuidad, en nuestra vida
se aposentará el mágico brillo, frescor,
y fulgor de una eterna Primavera
…que juntos somos
y ¡ seremos felices!
*
Ann Louise Gordon Stewards
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