Poemas
NENE POR SIEMPRE

jueves, 16 de agosto de 2007






NENE POR SIEMPRE







Cada mascota tiene su lugar en el corazón de mi familia. Esta es la
historia de una gatita blanca que apareció en el segundo piso de la
Tribuna de Socios del Hipódromo de Monterrico en Lima, Perú.

Desde que la conocí me sumé al grupo de trabajadores que le prodigaban
cariño y le daban comida. Cada noche aparecía cuando el público se
retiraba del recinto y salía a recibirnos a la espera de mimos y del
respectivo alimento.

Así, transcurrieron las semanas hasta que nos dimos cuenta de su
preñez. Sigilosamente salía a veces por las tardes y luego con más
confianza por las noches a dar su paseo respectivo hasta que llegó el
día en el que trajo al mundo a cuatro bellos gatitos que nacieron en
las instalaciones del canal de Monterrico. Ella en encargó de
guarecerlos en lugar impenetrable al ojo humano, pero a los pocos
días, un funcionario, de esos a los que los animalitos les importa
poco a nada, ordenó a su subalterno que alejara del lugar a la gatita
blanca. Llegué ese día en la noche y no la encontré hasta que me
enteré del asunto y tras recriminar a los responsables la busqué por
la zona donde supuestamente la dejaron, pero no la volví a ver.

Como tenía que ser me preocupé de ubicar a las crías y contando con el
apoyo de vigilantes, gente humilde que sí valoraba la vida de esos
pequeñines que Dios pone en nuestro camino, los hallamos y me los
llevé a su nuevo hogar, mi casa.

Comenzó así otra historia pues cada uno de los susodichos tenía
diversas características y problemas como todo ser vivo.

Una de ellas, la gatita blanca de cabeza y cola de colores recibió el
nombre de Tula, a petición de mi madre, y desde que llegó a su cuarto
no ha salido de él pues acompaña a mi progenitora todo el día o la
aguarda cuando ella sale.

La otra, por tener una mancha gris sobre su cabeza (ella es toda
blanca), fue bautizada como Equis, un nombre poco sugestivo en
realidad, pero que la describía de alguna manera. Ella se salvó de
morir por la sapiencia del veterinario que la atendió cuando se
comprobó que la pared que debía proteger sus órganos no estaba cerrada
del todo y con grasa de su mismo cuerpo pudo cerrar esa deficiencia al
nacer.

El gatito rubio y blanco fue llamado Gringo y es el que más genio
tiene. Es cariñoso, pero no hay que presionarlo en nada en demasía
pues es el primero en chistar.

Y el restante gatito, todo blanco, recibió el nombre de Nene. Mi
querido Nene que resultó el anfitrión de todos los visitantes a mi
casa. Un gatito bonachón y el engreído de mi mamá y madrina pues las
acompañaba esperando sus caricias y que lo cargaran como a un bebé.

Transcurrieron así tres años de alegrías y preocupaciones por ellos y
por las otras decenas de Michis ubicados en mi casa y en el hipódromo,
donde trabajo, hasta que el Nene fue afectado por una enfermedad en
las vías urinarias que se complicó por ser inmuno deficiente lo cual
no permitió una apropiada reacción al tratamiento veterinario ni al
cuidado que le prodigamos.

Por ello tuvimos que decirle hasta siempre y gracias al Nenito que se
durmió como un angelito para retornar a ese mundo de donde provienen
esos seres tan nobles que Dios nos concede para alegrar nuestras
vidas, pero también para hacer lo posible por protegerlos.

No te olvidaremos Nene y recordaré cada momento de ternura que nos
diste y esa despedida cuando apretaste fuerte y repetidas veces el
dedo índice de mi mano derecha con tus garritas tal vez diciendo
gracias por todo.
Solo espero que te hayas reencontrado con tu mamá, si ella partió hace
un tiempo, y a la vez confío que mi padre (en cuya fecha de natalicio
ocurrió este desenlace) haya podido recibirte para que lo acompañe a
otro angelito de esos inolvidables que Nuest
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