Buscando abrigo en los brazos cálidos del esplendor.
nada quise saber de frío dolor,
de toda miserable pobreza,
del desamor y la tristeza.
Sobre el mortal barro terrenal
me elevé,
en una transparente danza de cristal,.
todo lo ideal, hechizada admiré,
Entonces lo ví...
¿Fue su magia de escultor,
o ese sutil encanto de diestro pintor,
quien desde el sabio cincel de su primor
me admiró tanto que no solo, para él dancé,
sino que pinté, soñé, y de él... presto me enamoré?
Diestramente mi sentir en trazos esculpió
dándole ese buen hacer de bailarina frágil, sofisticada y cálida,
que al Mundo con su danza embelesa
Así, cuando, definitivamente
mi mano alcé hacia la nube rosa, y elevé mis pies
sobre la Tierra
supe que había desterrado totalmente
aquel antaño, miedo mortal que aterra.
Moré feliz en los campos de Su dorada mies,
el aroma de sus más hermosas espigas aspiré
y perpetuamente,tras realizarse mi sueño,
en los dulces brazos del amor
con placer, me acurruqué
pues él era realmente…
mi único dueño!
*
C Primavera del Valle
l.h.q.c.e.l.l.
LACAUSA
Música Henry Mancini