¿Hasta cuándo seré acosada por la maldad?
Por cien veces me habéis faltado,
sin avergonzaros, ni disculparos,
del trato que me habéis inferido,
para vos, corazón de piedra, todo es justificado,
vos sois
el grande, el inescrutable, el poderoso,
el que todo se permite y, yo no soy ¡ Nada!
tan sólo una mujer creyente.
Aunque de verdad, yo hubiera faltado,
de nada se me pudiese acusar,
la falta si la hubiese serías asunto mío.
Soy ajena a los actos de los demás,
tan sólo, un día, responderé de los míos…
Más vos os alzáis contra mí, queréis involucrarme ,
hallarme responsable subsidiaria de los actos
de otros.
Pero sabedlo de una vez ser infrahumano….
¡No es Dios quien me oprime!
quien me ha envuelto en su red de maldades
e hipocresías,
de falsedades, e insultos, de descalificaciones…
No es Él quien trata de cortarme el camino,
para que yo no pase,
ni quien pone tinieblas en mis senderos,
sino vos, un vil engendro del mal.
De toda posible gloria ya me habéis despojado
quitado la humilde corona de mi cabeza,
mas yo me abriré camino,
pondré luz donde solo hay tinieblas
me revestiré cual la luna, por la gracia del SOL,
de poderoso y brillante fulgor
y volveré a coronarme de flores,
por SU gracia,
por más que os pese a vos
y, sé que un día llegaré…
Que seré semilla
mientras vos seréis hacinado
y, quemado
cual la mala hierba…